En España podemos ver los cipreses extendidos por toda la geografía, bien en forma de ornamental o en repoblaciones forestales. Esta conífera, se caracteriza por tener un color verde oscuro y un porte cónico. La mayoría tienen un tamaño de 5 a 18 metros de altura. Se suelen utilizar en jardines como cortavientos. Su madera se ha llegado a utilizar en la construcción naval, debido a su resistencia.

La mejor época para la plantación de los cipreses es en otoño, antes de que llegue el frío invernal. Estos árboles se adaptan a cualquier tipo de suelo, aunque muestran mejor desarrollo en suelos calizos. Lo importante es que el suelo esté bien drenado y que no esté encharcado. El PH debe estar entre 5.5 y 8.5.

Los cipreses prefieren lugares de semisombra. Son resistentes a la contaminación y soportan bien los terrenos salinos. El mejor clima para el desarrollo de estas plantas es el mediterráneo. Situado a una altura de hasta los 800 metros sobre el nivel del mar. Son capaces de soportar heladas algo por debajo de los -10ºC.

Cipres-maceta-c20

Ciprés en maceta (C-20)

Los cipreses no necesitan riegos. Con el agua de la lluvia les es suficiente para vivir. Las precipitaciones medias anuales ideales para esta variedad de coníferas son de 500 litros. Sin embargo, es preferible que durante los dos primeros años se riegue la planta un par de veces en los meses de verano.

Los cipreses son árboles que toleran muy bien la poda. Generalmente se utiliza la poda de saneamiento, para eliminar ramas enfermas o secas, y la de mantenimiento. Estas dos podas pueden realizarse durante el otoño. Aunque, no es necesaria durante los 3 primeros años de formación.

Para lograr un crecimiento más acelerado del ciprés, se puede podar durante la primavera. Los cipreses son de las coníferas que más rápido crecen después de la poda.