El olivo Arbequina es la variedad más importante de Cataluña, aunque también se encuentra ampliamente difundida en Aragón y en Andalucía. Esta variedad es la más demandada por los agricultores en los últimos años.

Su reducido vigor, la convierte en una variedad muy indicada para las plantaciones de alta densidad. Y además, se considera una variedad rústica, debido a su resistencia al frio. Su entrada en la producción es muy precoz y es de alta productividad. La maduración es temprana y no es apta para la mecanización por su porte llorón. Es sensible a la mosca, el repilo y a la verticilosis. Por lo que, necesita un calendario de tratamientos contra las plagas.

El fruto del olivo Arbequina tiene presenta dificultades de extracción debido a la alta humedad. Pero es muy apreciada por su elevada y constante producción y por su excelente calidad del aceite.

El olivo arbequina necesita un nivel de precipitaciones superior a los 500 mm. El punto ideal para la recolección del fruto, es cuando un tercio de estos están verdes, otro tercio en 2 colores y el resto ya enverados (de color oscuro).

El árbol de esta variedad de olivo tiene poca vigorosidad, porte abierto y densidad de la copa media. Su hoja tiene forma elíptica, de longitud corta y anchura media. Y su fruto tiene un peso bajo, forma esférica, ápice redondeado y base truncada.

Para el olivo arbequina, no es adecuado el empleo de vibración. Ya que, el fruto es de pequeño tamaño y tiene alta resistencia a la vibración. Es más adecuado utilizar cepillos, ya sean manuales o automáticos.

El aceite de la variedad arbequina se caracteriza por su fluidez y su fragancia. Es un aceite suave y de bajo amargor. En el olivar en seto, el aceite que produce esta variedad es de calidad virgen extra.

 

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