El avellano es un árbol que alcanza normalmente de tres a siete metros de altura. Actualmente es una especie muy difundida internacionalmente  y lo podemos encontrar tanto en estado silvestre como cultivado. En España ocupa una extensión de 14.000 hectáreas.

Su madera es dura, muy resistente y flexible. Sus hojas son grandes de color verde con tonos amarillentos. Las flores que produce pueden ser masculinas o femeninas, y en las femeninas es donde nacerán las avellanas.

El avellano se planta en climas templados, donde las temperaturas mínimas no sean muy frías (-8ºC). El avellano es muy sensible a la sequía, prefiere zonas con niebla y humedad. El suelo donde se planta esta variedad de frutal es preferible que no sea muy profundo y que esté fresco. Este árbol no tolera bien los suelos arenosos o arcillosos.

La floración masculina se produce a finales de verano, siendo el frío el que retrasa su desarrollo para que coincida con la etapa de fertilización del óvulo. Para esta variedad de frutal es recomendable la propagación por medio de vástagos, aunque también se puede realizar por injertos.

En el momento de plantar el avellano, tenemos que tener en cuenta que esta planta necesita una dosis superior de calcio, que de potasio y fósforo. Las enfermedades que más afectan a esta especie son las chinches y pulgones.

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Avellanos C-20