El nogal es un árbol de gran importancia económica, tanto por su fruto como por la madera. El árbol puede medir de 20 a 25 metros de altura. El fruto de este ornamental es la nuez, muy apreciada por su valor nutritivo y proteínico.

El nogal se adapta bien a distintos tipos de suelos, aunque prefiere los arenosos, que sean profundos, sueltos y de buena fertilidad. No son apropiados los suelos arcillosos. Tampoco resiste los suelos encharcados. El PH más indicado para este frutal es de 6,5 y 7,5. Es sensible a la acidez fuerte.

La mejor época para la plantación del nogal es a mediados de invierno. A no ser que en esta fecha el terreno esté húmedo. En este caso, será mas conveniente plantarlo en primavera. A la hora de plantarlo es importante no tapar el cuello de la raíz, ya que puede retrasar su crecimiento.

El nogal es muy sensible a las heladas de primavera y también a las heladas tempraneras de otoño. Es un frutal muy sensible a los cambios de temperatura bruscos. En invierno puede resistir temperaturas de hasta -15ºC. Pero si en otoño o primavera la temperatura desciende 8ºC, puede causar la aparición de enfermedades. Este árbol es sensible a la sequía, por lo que no es muy apropiado plantarlo en zonas de secano.

Nogal-c20 Nogal-c22
Nogal Maceta C-20 Nogal Maceta C-22


Para que la planta se desarrolle correctamente, el nogal necesita unas precipitaciones mínimas anuales de 700mm. El sistema de riego más utilizado para esta especie es el de goteo.

En el nogal se realizan dos tipos de poda, la de formación y la de fructificación. En la de formación se utilizan formas en vaso, ya que el rendimiento de las copas es mayor y se sitúan a una estatura más baja. En la de fructificación, el objetivo es rebajar las guías para que los árboles no se alarguen excesivamente. Las variedades que produzcan muchas ramas laterales, habrá que eliminar algunas de ellas.